lunes, 16 de abril de 2012

To Zanarkand

Y camino, en mitad del desconocido silencio, que rompe el alboroto de las prisas y descuidos.
La verde base de la vida, de donde nació el primero y morirá el ultimo. Me alejo de los suburbios y aglomeraciones de cuerpos indiferentes con respecto a lo que les rodean.


La fresca brisa húmeda entra por cada poro de mis mejillas, en el suelo las piedras y arenilla crujen a mi paso, y en la noche encapotada, las nubes gritan para sacar los fragmentos de agua que las mantienen vivas.


E inspiro.
Purifico con el frío oxígeno mis pulmones masacrados, reducidos a un ápice de su capacidad, mermados por las poluciones de la evolución que nos atrapa y corrompe a todos.

Y aquí estoy, en mi creado purgatorio, donde he vivido malos y buenos momentos, donde empecé y terminé, donde enamoré y engañé.

Y expiro.
Y dejo que me consuman otra vez las angustias y retales, oscuras luces que engañan los caminos, abismos curiosos que controlan seres incorpóreos y tartamudean a la hora de ayudar.


''La soledad es una bendición, pero hay que saber apreciarla, además, nunca se está totalmente solo''.

Another night.

Lee, preciosa, lee, lee hasta que no queden puntos, hasta que las paradas de las comas te parezcan innecesarias, porque el que aprende a leer en las páginas termina leyendo en los ojos, ojos que hablan y dicen más que cualquier trazo o susurro.


Que el destello de esas dos escamas verdes haga que el más luminoso fulgor envidie, envidie hasta el punto de desvanecerse.


Y que las sombras pesen, tanto que no nos permitan separar las puntas de los dedos, dejándonos días sin sol para contrastar teorías y hablar sobre historias de dragones verdes.